En el marco del Día Internacional de la Mujer queremos destacar al rostro de la defensa del Amazonas y una de las las activistas medioambientales que más ha influido en el la lucha: Txai Suruí. La joven llamó la atención y conmovió a los líderes mundiales reunidos en la COP26, haciendo un llamado a la acción en la lucha por el medioambiente en nombre de los pueblos indígenas, quienes sufren las consecuencias de la desaparición de la naturaleza.
Un poco sobre Txai Suruí
Txai es originaria del estado de Rondonia, al norte de Brasil. Es parte de los indígenas Suruís. Ellos, se han visto muy afectados por el desastre medioambiental. Como muchas cosas que se llevan en la sangre, su vocación por salvar el medioambiente y tomar acción en el cambio climático viene de su familia. Su madre es fundadora de una asociación de defensa medioambiental, y su padre es uno de los líderes indígenas que más ha criticado al Presidente de Brasil, Bolsonaro.
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Los Suruíes vivieron en paz con la naturaleza por siglos, hasta la llegada del hombre blanco. Con la llegada de una nueva raza, vinieron también sus enfermedades. En los últimos años, Txai ha sido testigo de la invasión en sus tierras, de la deforestación y la contaminación de sus aguas.
Un llamado de atención
“La Tierra nos está hablando”, le dijo Txai Suruí a los líderes del mundo presentes en Glasgow para discutir temas en torno a la crisis climática. “Nos dice que no tenemos más tiempo”. Desde su perspectiva, contó que su pueblo es testigo de la desaparición de los animales, la muerte de los ríos y que las plantas ya no florecen como lo hacían antes.
En su corta vida de 24 años la activista ha logrado muchas cosas. Es estudiante de derecho en la Universidad Porto Velho de Brasil, y creadora del Movimiento Juvenil Indígena de Roraima. Pero eso no es lo único, también trabaja en la Asociación de Defensa Medioambiental Kanindé.
“Los pueblos indígenas están en la primera línea de la emergencia del cambio climático, debemos estar al centro de las decisiones que aquí se tomen”, exigió.
«¡No es en 2030 ni en 2050, es ahora!», sentenció, vistiendo con plumas indígenas, un poncho tradicional y collares de perlas de colores. «Dejemos de emitir promesas falsas e irresponsables, dejemos de contaminar con palabras vacías y luchemos por un presente y un futuro habitables. Que nuestra utopía sea un futuro en la Tierra», concluyó, recordando a Greta Thunberg.
Al igual que su padre, la joven está siendo intimidada y amenazada por aquellos quienes ven a sus intereses entre la espada y la pared. «Estoy recibiendo mensajes racistas y de odio, porque a ellos (las autoridades brasileñas) no les gusta que haya venido a hablar de lo que ocurre en Brasil. No tengo miedo porque la realidad de los pueblos indígenas en Brasil es mucho más peligrosa que los mensajes en Internet”.
A pesar de las amenazas y de la muerte de algunos compañeros suyo también activistas, su lucha no descansa. Es una de las mujeres más jóvenes e influyentes en el movimiento por salvar el medioambiente. No tiene miedo de decir lo que piensa ni de abrazar su cultura en su totalidad. Txai Suruí tiene mucho camino por recorrer aún y muchas causas de las que sin duda será parte activa.
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