Metallica siempre se caracterizó por su sonido único, el cual siempre estuvo presente entre sus cualidades.
Esto obviamente fue obra de muchos años en los que todo se fue puliendo gracias a sus músicos.
Realmente, logró lo imposible, catalogándose como una de las agrupaciones más importantes y relevantes de la industria musical.
Aún cuando sus integrantes han rotado, supo mantener e incluso fortalecer más esa esencia.
De hecho, una de las mejores incorporaciones que sumaron al último, desde que se inmortalizaron en aquella alineación, fue la de Robert Trujillo. Un bajista que le dio un toque notoriamente más pesado a sus compañeros.
Si bien hoy en día es todo un profesional en su instrumento, lo cierto es que en un momento sintió un poco de incomodidad al adaptarse.
Robert Trujillo
Un inicio algo raro para el bajista de Metallica
No se puede negar que Trujillo hoy por hoy es muy querido tanto por los fans de Metallica, como por la crítica especializada en sí.
Esto se dio luego de que su actitud triunfara en una banda tan grande como lo es el conjunto norteamericano.
Es por ello de hecho que en un comienzo no se sintió verdaderamente bien, al tratar de encajar. Lo que fue ligado a lo que obviamente se traslucía en una responsabilidad gigante.
Según corroboró el medio Rock FM, fue en el 2003, cuando Trujillo tuvo sus primeros acercamientos con Metallica. Donde el mismo recuerda que lo ponía nervioso el hecho de no tener un setlist fijo, sino que variaba bastante.
“Me estaba aprendiendo canciones como ‘Phantom Lord’ sobre la marcha. Y hacía mucho tiempo que no tocaban ‘Phantom Lord’. Había toda esta energía a mi alrededor y mi cabeza estaba como nadando con la presión del espectáculo, la presión de ser el nuevo bajista, pero también la presión de tener que aprenderse una canción a primera hora de la tarde el día que la íbamos a tocar. “Las canciones de Metallica son un reto, pero además, creo que por esas mismas fechas, estábamos tocando en la legendaria prisión de San Quintín. Estaban pasando muchas cosas a la vez. Fue algo así como: ‘Bienvenido a tu nueva vida‘”, declaró el bajista.
Aún así pudo contenerse y se dedicó incluso a aprender esas canciones que nunca sonaban, con el objetivo de no estar a última hora enfocándose en ello. Esto le sirvió mucho, para convertirse en toda una leyenda del grupo.
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